6 de marzo de 2014

COCINA DE AUTOR





Uno de los placeres de esta vida

es una suculenta comida

que en compañía de una adecuada bebida

hacen más llevadero el día a día.


Y para tal fin, uno de los requisitos

aparte de los menús más o menos exquisitos

es que el plato esté lleno, sea abundante:


Un primero de legumbres o arroz que es muy variable

o bien pasta o verdura saludable.

Un segundo, carne o pescado

y una ensalada a su lado.

Y un postre de fruta, dulces o helado

todo ello bien regado

con un vino blanco, tinto o rosado.

Y como fin un café

que ayuda a mantenerse en pie.


Pero desde hace algún tiempo se ha puesto de moda

la llamada cocina de autor

que inexplicablemente está haciendo furor

en las personas pudientes del ahora.


Y es que esta cocina

presume de ser elegante, laboriosa y fina

y como se jacta ser de relumbrón

tiene menús degustación:


Constan no de tres platos, sino de más

lo cual  llama ya la atención

y los muy comedores sienten una emoción

pero todo es una vana ilusión

ahora lo explico, ya verás:


Llega el primer plato y hay expectación

hay hambre y digestiva secreción

mas que un plato es una bandeja

pero la clientela se queda perpleja

solo en un punto central

de este recipiente colosal

se atisba un pegote redondeado

lleno de colores y salpicado

de una salsa o crema algo escasa

que adorna la cosa como una carcasa

en verdad que la muestra no se sabe lo que es

a la pomposa carta de menús vas y lo ves

entonces lo comes de un bocado

no sabe mal pero apenas te has enterado.


Y llega el segundo y es igual

miento, igual pero de otros colores

que lo ingieres a una velocidad tal

que apenas te percatas de sus sabores;

y así un tercero, un cuarto y varios más

ya desistes, no puedes más

pero no puedes, no por estar colmado y con satisfacción

sino por aburrimiento y frustración.


Y lo peor está por llegar

es decir cuando la “comida” vas a pagar

el importe es harto abultado

y tú te sientes más que timado.


Y además tal invento se promociona mucho en televisión

con recetas, programas y concursos a mogollón.


Yo, visto lo visto, lo tengo más nítido que el cristal

seguiré disfrutando de la cocina tradicional.