Según el
Fondo Monetario Internacional
España debe
bajar su déficit de forma sustancial
y además
para reducir la deuda contraída
las prestaciones
sanitarias, entre otras varias, deberían estar más restringidas.
Antes de
realizar tan inadecuadas acciones
son ejemplares
y morales las siguientes soluciones:
La escandalosa
pensión vitalicia de la casta política:
diputados, senadores
y demás gerifaltes
debe ser
eliminada al instante
es un
elemental principio de ética.
Lo mismo de
los poderosos banqueros se puede indicar
históricos usureros
que nuestro dinero dicen “gestionar”
con
resultados, para ellos, de mucho lujo y bienestar
pero que a
más de uno pueden arruinar.
Los alcaldes
se ponen los sueldos a voluntad
una ley
adecuada debe regular tal arbitrariedad.
Deben estar
severamente penalizados
el
latrocinio de los políticos y su, llamémosla, mala gestión
antes de
cumplir su condena y si es menester, bien encarcelados
que devuelvan
a las arcas públicas, el dinero que está en “desaparición”
Fuera sus
lujosos coches oficiales de la circulación
a usar el
vehículo de su propiedad particular
o que cobren
dietas por desplazamientos en su profesión
como
cualquier persona hace si se desplaza al trabajar.
Y eso de
usar tarjetas VISA oficiales se acabó
usan las
suyas particulares, como tú y como yo.
Los cargos
de confianza y asesores
que son
enchufados, pelotas y agradecidos,
a la calle,
y a realizar otras labores
y que por
funcionarios dignos, si procede, sean sustituidos.
Un solo
embajador y cónsul en cada nación
es
suficiente colocación.
Fuera transferencias
y subvenciones
a
sindicatos, partidos políticos, fundaciones,
patronales y
otro tipo de instituciones,
al interés o
capricho del gobernante de turno tras las elecciones.
Y los
extranjeros delincuentes
a su país
inmediatamente.
Con ejecutar
este paquete de necesarias y ejemplares medidas
a través del
túnel de la crisis se vería con más claridad la salida.
El principal problema de España es la casta
política corrupta y mafiosa:
Hay que limitar su número, regular sus
actuaciones
y exigirles responsabilidades de sus
interesadas y malas acciones.
El pueblo no tiene por qué pagar esa factura
onerosa
que es culpa exclusiva de su irresponsable y
mala gestión
pues en lugar de prestar un buen servicio a
nuestra nación
se procuran su particular beneficio y una
dorada jubilación.
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