29 de enero de 2007

FUTBOLISTAS



Soy un futbolista de primera división
me hacen entrevistas en la prensa, en la
radio y en la televisión
dicen que soy un crack, un ser galáctico
y es que tengo mucha calidad
pero yo soy un tío práctico
que regateo con habilidad.

Entreno duro en los entrenos
dando muchos toques de balón
y es que en unos días me estreno
y meteré goles a mogollón.

Mi representante mi traspaso ha negociado
y muchos millones por mi ha pedido
es que soy un deportista muy cotizado
y doy todo lo que tengo en los partidos.

A las órdenes del mister corro y corro sin que haya meta
el me entrena y prepara superior
me hace sudar la camiseta
pero saca de mi todo lo mejor.

También el mister me da sabios consejos
dice que tenga cuidado con las lesiones
que me pueden dejar en el dique seco
y bajar mi caché y mis cotizaciones,
pero yo eso no lo voy a tolerar
y al leñero que me venga a dar
le voy a hacer un regate que va a flipar
y si no…me tiro al suelo y ¡ala!, a disimular.

Y después de ganar los choques importantes
lo celebro con mis compañeros a lo más
grande
vamos a las disco y clubs mas emocionantes
y nos divertimos con chicas impresionantes.

Cuando llegan los europeos y mundiales
yo echo el resto y saco mis dotes geniales
pues hay ojeadores al acecho
y yo puedo sacar mucho provecho
pues en la renovación de mi próximo
contrato
varios equipos pujarán por mis servicios
y el que más generoso sea en estos tratos
mi manager lo elegirá para un nuevo inicio.

Firmo autógrafos a los chavales
me entrevisto con los periodistas
anuncio spots en la tele y en revistas
y hago giras internacionales.

Y cuando me retire de esta profesión
me pondré al frente de mis negocios
que he montado en estos años con discreción
con unos colegas que son a la vez mis socios.



11 de enero de 2007

LOS CACAENTES: 19. Los Cacaentes juegan


Aparece en escena un juego deportivo

Y así, cantando entusiasmados,
llegaron a un extraño paraje:
El suelo era verde y estaban rodeados
de gente que voceaba a lo salvaje.
Desconcertados quedaron
ante tamaño jaleo y griterío
e inquietos y curiosos se preguntaron
que significaba este tremendo lío.

Estos chicos están perplejos
 


¿Será que estos humanos nos vieron y están asustados?
¿O será que de esta forma, nos reciben, alborozados?

Aparecen los jugadores
 


En estas dudas estaban concentrados
cuando algo insólito para ellos vieron:
Varios terrícolas aparecieron uniformados
y detrás de una esfera saltarina corrieron.

Comienza el espectáculo
 


Y de repente la esfera en una malla se metió
y un tremendo sonido en el lugar se oyó.
Asustáronse tanto los cacaentes,
que en un repente volviéronse fluorescentes.
Ahora estos entes no solo eran fantasmales,
sino también transparentes, relucientes, espectrales.

De nuevo, el jefe interviene
 


Atención mis intrépidos muchachos,
os habla Tupedorrimal:
Es el momento de comprobar, si para bien o para mal,
responden estos mamarrachos
a nuestra nueva y fascinante presencia sin igual.
Que actúen los cuatro escogidos
y que pongan a prueba sus poderíos.

Estos son los cuatro magníficos
 


Ariel, de presencia transparente,
no lo ven ni lo sienten.
Omol, ente escurridizo y sagaz,
de todo es capaz y es pertinaz.
Cuescul lanza unos gases fecales
que tienen unos olores fatales.
Pedorretil emite tales pedorreteos
que a los terrestres les producen mareos

Y el jefe indica
 


Intentemos neutralizar esa esfera
para así llamar su atención;
y entonces ataquemos sin espera
y comprobemos su reacción.

Los cacaentes juegan al fútbol
 


Y dicho y hecho, los entes se pusieron a jugar...
Imitaban a los terrestres, corriendo detrás de la esfera sin parar;
de repente la esfera con Ariel contactó,
y oh, sorpresa, como si no estuviera, lo traspasó.
Todos quedaron desconcertados ante tal acción.


Tenemos que parar ese infernal artilugio por precaución.


Y todos a una a por ella fueron
y más que aquellos terrestres, corrieron.
Omol fue el primero que la alcanzó,
pero esa bola, no se sabe como, se le escapó.
Un puñado de intrépidos entes encima de ella se arrojaron,
pero la redonda siguió rodando y no la pararon;
y cuando todos en el suelo estaban caídos,
dos uniformados se les abalanzaron como poseídos.
Los cacaentes asustados no pudieron reaccionar,
pero no ocurrió nada, les atravesaron sin pestañear.
Uno de esos energúmenos al esférico le dio una patada,
y como un proyectil,
se coló a través de Pedorretil.
El ente, asustado, con sus sonoridades atacó
pero ningún terrestre del recinto se mareó.
El balón en la malla, de nuevo, penetró
y otra vez un tremendo vocerío se escuchó.

Una vez más, el dirigente se impone
 


Es evidente y oportuno, 


afirmó Tupedorrimal con autoridad,

que en esa red nos tenemos que colocar
y cuando esa cosa se introduzca en esa oquedad,
será el momento de atraparla sin fallar.
Y además nos verán ya de una vez esos tontorrones
y adivinaremos cuales son sus emociones.

Y los entes obedecen
 


Raudos y veloces a aquel recinto llegaron
pero con un inesperado impedimento se encontraron:
Delante de la malla un tipo estaba plantado
y tenía cara de estar muy cabreado.


Sorteémosle con rapidez
parece ser que no nos ha visto ¡pardiez!
Ya estamos todos aquí aposentados
y en verdad que estamos apretados y muy forzados;
mejor, así cuando llegue ese móvil desconcertante
lo agarraremos al instante

Sigue el juego
 


Y pasó el tiempo y la bola no llegó.
Los humanos corrían detrás de ella y la pataleaban,
y de vez en cuando el tipo plantado la cogía y esa cosa se paraba.

y llega el descanso
 


Y en esto, un silbato sonó
y a los de uniforme ya no se les vio.
Los entes no salían de su asombro y desconcierto
de ver aquel terreno verde tan desierto.
Pasaban los minutos de una forma lenta y angustiosa…
Desesperados, estos cuitados ya pensaban en dedicarse a otra cosa... 



Ahora… el segundo tiempo


Y entonces de nuevo los de uniforme aparecieron
y otra vez como posesos detrás de la cosa corrieron.

De nuevo, cunde el entusiasmo
 


¡Viva Tupedorrimal, por la gloria de Cacano!
parece que de nuevo nos encontramos con esos humanos.
Esta vez estaremos más alertados y concentrados
y agarraremos ese móvil endiablado.

Pero… tenía que suceder
 


Y por fin ese artilugio entró
y a los pobres entes traspasó.
Y este hecho no fue el más atroz:
El tipo plantado les ignoraba y les penetró,
y acto seguido con mucha osadía la cosa agarró,
y luego con rabia la atizó un patadón.
Ellos, nunca se habían encontrado en tan humillante situación.
Cunde el enojo


¡Se acabó ya nuestra paciencia!


exclamó Omol muy enfadado.


Voy a agarrar a ese tipo muy plantado
y se va a enterar de mi presencia.


Y con sus manos le cogió y le intentó zarandear,
pero el sujeto seguía allí tieso y sin pestañear.

Por fin, estos pobres, comprenden
 


Ante tal contrariedad, de repente han entendido:


¡No tenemos ningún tipo de aspecto,
no es posible, no nos han sentido,
para ellos no existimos, somos espectros!

y les envuelve la congoja
 


Ante esta nueva y tremenda situación
estaban apabullados, derrumbados,
derrotados, contrariados y acojonados...
Y durante el resto del partido,
aunque fue muy entretenido,
no tuvieron ninguna reacción.