1 de noviembre de 2014

CORRUPCIÓN EN ALUVIÓN





Desde muy antiguo esta humanidad
quizás por una cuestión de supervivencia
ha mostrado una cierta debilidad
por el dinero fuente de bienestar y comodidad
que le hace más fácil su existencia.


Y el pueblo, la ciudadanía
trabaja con sacrificio y sudor
para poder sobrevivir cada día
con el salario ganado por su labor.


Pero este dinero muy trabajado
es solo para el común asalariado:
Los dirigentes, los poderosos
siempre han abusado de su privilegiado puesto
se embolsan dineros muy jugosos
mientras exprimen al pueblo a impuestos.


Antiguamente los mandatarios y gobernantes
no soportaban a los votantes
al poder llegaban sin la elección
de la sufrida población
disfrutaban de su posición
colmados de lujos de corrupción.

Pero en las democracias actuales
los políticos han de ser votados
y en las campañas electorales
todos son transparentes y  honrados:


Todo nuestro empeño os prometo
en la lucha contra la corrupción
a los corruptos pondremos veto
tolerancia cero para el trincón.


Eso dicen en campaña electoral
pero no piensan igual:


Puedo prometer y prometo
que cuando deje de meter
por tener el bolso repleto
ya no me volveréis a ver
pues a parte de lo trincado
tendré una jubilación
con una suculenta pensión
y/o de asesor empresarial estaré colocado.
Me muevo con soltura y determinación
entre el blanqueo y la comisión
y entre la estafa y la prevaricación.


La gente, en un principio, les vota
pero con el tiempo ya se nota
cada vez más hastío e insatisfacción
y votan a la oposición
y como se corrompen de igual modo
cada vez hay más abstención...


Y, o se hace una revolución
cambiando de raíz el sistema
(el actual invita de forma plena
a la actual corrupción)
o nos vamos empobreciendo todos
salvo el chorizo, el trincón
que en la actual casta política
se hallan en gran aluvión.