15 de junio de 2006

LOS CACAENTES: 6. Se acabó con los Cacaentes


Todos lamentamos la suerte de estos entes

Después de probar la hibridación,
la abducción, la implantación,
y no digamos la enteintroducción,
el fracaso de estos entes ascendió a fracasón.
¡Ay!, si estos cacaentes no se expansionan,
ni a otros controlan y no abduccionan,
y sus genes no se interrelacionan,
hacia una segura extinción evolucionan...

Cacano otra vez: Una sala-despacho de paredes tornasoladas; una mesa oval rodeada de extrañas sillas, ocupadas por hombrecillos cabezones y presidida por uno de ellos coronado y resplandeciente.

Así es que sonó la alarma en la población
y tuvieron una muy urgente reunión,
pues ni no cambiaban su suerte
iban derechos hacia una segura muerte.

El reyezuelo, autoritario e iracundo

¡Cacaentes! Esto tiene que cambiar, pedorreteó Tupedorrimal.
Nuestros ejecutantes urge renovar
y las operaciones que han salido tan mal
por otras más efectivas hay que cambiar.

El relevo se produce

¿Qué ente entre los entes actuó garrafal?
Todos a una: 
Un auténtico animal: ¡Oxal!
¿Quién sustituye a este subnormal?
Todos a otra: 
Hay un ente cabal,
con bigote, bajito y muy cabezón
¡Demos una oportunidad a Aznal!
y nos sacará de esta augurada extinción.

Aznal, orgulloso y seguro de si mismo

¡Cacaentes! Cacano irá bien;
he conseguido elaborar un plan
que con vuestro empeño y afán
saldrá... no digo bien sino requetebién;
y nos salvaremos de una temida muerte…
siempre con un poco de suerte.

Los de Cacano, esperanzados y anhelantes

¡Oh, Aznal, caudillo bendito!
líbranos de esta zozobra.

El bigotudo, persuasivo,

Tengo un plan, os lo repito,
un gran plan, una gran obra.

arenga a los suyos y recuerda:

Entes aguerridos y valientes:
Atrás quedaron las estériles hibridaciones
y no digamos las obsoletas abducciones
que acompañadas de inútiles implantaciones,
nos hicieron quedar como entes simplones
y a veces como auténticos maricones...
y no digamos las fallidas enteintroducciones
que a esos terrestres inocentones
les hicieron huir como cabrones.

Y, con suficiencia, se explica:

Ahora es el momento de cambiar
dejando atrás los errores del pasado
pues nuestro nuevo plan no puede fallar
ya que está muy bien elaborado.

Llega ¡la transforvolución!

Asombraos buenas gentes,
alegraos nobles Cacaentes,
a partir de ahora pondremos en acción
por parejas, la transforvolución.
De esta forma, emparejados
sumaremos más las fuerzas
así los terrestres estarán más controlados
que es lo que a nosotros nos presta.
Cuando lleguemos a La Tierra
a los terrícolas estudiaremos
y por parejas nos transformaremos
en terrícolas ¿lo entendemos?
y así con ellos nos confundiremos.
¡Y al fin los controlaremos!

El ente saca pecho emocionado

A partir de ahora, a nuestros entes
no les llamarán los presentes
ni los abducentes,
ni mucho menos los introducentes...
sino los muy dignos ententes
y transforvolucientes.

Los demás están maravillados

Nunca escuchamos, oh, Aznal,
unas palabras tan sabias a un ente tan genial.

La Tierra, una vez más: Un paraje campestre y bucólico

Y dicho y hecho, se pusieron en acción
con gran entusiasmo y decisión.
Nada más aterrizar
dos entefuncionarios aguerridos
encontraron en un bucólico lugar
a un hombrecillo muy particular
rodeado de extrañas criaturas
que tenían unas blancas rizaduras
y que comían hierba sin parar.

La sobrenatural pareja, presta para la acción

He aquí a un terrestre ideal
para poner en la práctica
la revolucionaria táctica
de nuestro sin igual Aznal.
Aunque no entendemos, no señor,
la función de esos animalitos
que parecen feos cacaperritos,
pero sin gracia y con mal olor.
Digamos las palabras adecuadas
que nos permitan actuar
y de esta forma remediar
nuestra situación muy delicada:

Nuevo lema mágico

"Dos entes emparejados
serán transforvolucionados
con una fuerza suficiente
convirtiéndose en entente"

Y he aquí lo que sucedió:

La transforvolución se realizó
y el entente se formó
pero algo imprevisible ocurrió
pues el pastorcillo se asustó
ante el entente que vio:
En lugar de verse a si mismo
como era de esperar,
se vio doble y feísimo
y no supo que pensar:
 

¿Era un demonio malísimo,
o se había vuelto a emborrachar?

La reacción del terrestre:

Como era un poco bruto el zagal,
cogió un pedrusco colosal
y de la pedrada que al entente atizó
en dos medioentes le separó
y se volatilizó, es decir finalizó, se acabó.

Y un final que se veía venir…

Los otros entes estupefactos comprendieron
que La Tierra la controlaban más bien mal,
así es que nunca jamás a élla volvieron
y no se sabe si sobrevivieron
en otros lugares del espacio sideral

Por fin.... Fin. ¡¡¡buuff!!!


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